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RICARDO DARIO PRIMO

viernes, 26 de febrero de 2016

Remate Judicial de "La Emilia" en 1985

viernes, 19 de febrero de 2016

“La militancia peronista en Ezeiza-1973” Especial para EL EMILIANO

Habían transcurrido 18 años desde que Perón había abandonado el país. Muchos hijos de obreros textiles habían tenido una infancia peronista. Recordaban a sus padres detenidos por cantar la famosa marcha en el interior de la fábrica y subidos a un camión rumbo al batallón militar. Otros añoraban los actos en la rotonda de La Emilia, y se veían lagrimas caer de sus ojos al recordar a Evita y su paso a la inmortalidad aquél 26 de Julio de 1952. Ahora esos niños ya eran hombres y querían tomar las banderas que habían enarbolados sus padres. El 20 de Junio de 1973 estaba planificado el regreso de Juan Domingo Perón al país. Y la militancia peronista de La Emilia quería sumarse a la bienvenida. Hacía apenas un mes, que Héctor J. Cámpora había asumido la presidencia del país y se vislumbraba que el viejo líder político llegaba para conducir los destinos de la nación. Aquí, se había organizado un viaje para participar del recibimiento. Un nutrido grupo de jóvenes y adultos, se congregaron en la rotonda para subir al micro. Junto al busto de Evita, que había sido enlazado, derrumbado y arrastado en 1955 y que ahora presidía esta ceremonia peronista, se agolparon quienes ya se habían comprometido en este viaje. En la imagen se observa a Salvado, Armido Antílopi, Daniel Salinas, Zapata (Villa Campi) padre e hijo, Roberto Calegaris, Galvani, Padol, Rodríguez y el niño Paglialunga entre otros. A cargo del clásico bombo, Edgardo Croce. De esa manera, el contingente se puso en marcha rumbo a Ezeiza donde desde temprano se dirigían miles de personas de todo el país en diversas columnas. En los bosques de Ezeiza se había preparado un palco y los presentes llegaron a contabilizar los dos millones. La columna Emiliana, llegó al lugar y se encuentra con un joven llamado Julio que era conocido en la localidad por administrar la única farmacia del pueblo. Este les indica que regresasen porque era imposible llegar al lugar y era probable el enfrentamiento armado. Lejos de tener en cuenta este consejo, los peronistas de La Emilia siguieron su viaje, llegando al lugar indicado tiempo después. No había mucho lugar disponible. El país estaba presente en esa jornada histórica. Frente al palco, se vislumbraba un espacio, que suponían destinado a la orquesta sinfónica. Y allí a fuerza de empujes, gritos, marcha y bombo, la columna de la localidad tomó su lugar, a pocos metros de dónde verían al general. El lugar estaba custodiado por el Coronel retirado Jorge Manuel Osinde quien entre otras ordenes tenía la de impedir el acercamiento de columnas de la izquierda peronista. Y allí mismo, ese 20 de Junio de 1973, ese grupo de emilianos peronistas de primera línea, quienes mantenían una tradición o habían adoptado este credo político con singular pasión, fueron sorprendidos por un inminente tiroteo. Su ubicación los colocaba en el centro del mismo ya que desde el palco o la retaguardia de la manifestación, el intercambio de disparos era tupido. Dicen que la jornada dejó 13 muertos y 365 heridos. Otros que la cifra real jamás se conocerán. El grupo de pañeros como pudo, escapó indemne a este vandálico suceso que pasó a la historia argentina como “la masacre de Ezeiza”. Aún hoy, ellos recuerdan este hecho que marcó para siempre a un grupo de obreros y militantes que por amor a Perón, ocuparon este anónimo y singular lugar de la historia.