Nos encontramos reunidos aquí para conmemorar un aniversario más de nuestro pueblo, en virtud de que un 2 de Octubre de 1892, una familia de inmigrantes españoles de apellido Córdova, deciden poner en marcha un establecimiento textil que llevaría el nombre de "La Emilia" y paulatinamente a su alrededor se formaría un caserío que con el tiempo se constituiría en una pujante localidad.
A medida que más nos alejamos de aquellos años, en que la Fábrica Textil de La Emilia constituía el corazón de este pueblo, más nos damos cuenta de la gran incidencia que tuvo la misma en el desarrollo urbano, social y económico de La Emilia y sus Barrios.
Quizás se deba a que la familia Córdova, desde sus fundadores Leodegario, Quintín y Emilia Benito de Córdova, hasta uno de sus últimos directores como Cárlos Córdova, siempre concibieron que una empresa , una fábrica situada en un determinado contorno social, no podía desatender las necesidades de sus obreros ni de la comunidad que la cobijaba. Y así la Fábrica Textil de La Emilia, siempre tuvo una fuerte incidencia en el desarrollo de las diversas instituciones que nacieron en la localidad.
Porque se concebía que un obrero que satisfacía esas necesidades, que se sentía realizado espiritual y socialmente, era alguien que producía más y que realmente valoraría su trabajo.
Si no, cómo podría explicarse que centenares de ellos, nuestros abuelos y padres, en vísperas de las terribles inundaciones que azotaron la localidad, dejaran sus hogares para acudir a salvar la fuente de empleo que los convocaba con ese sonido ronco de la sirena de la fábrica. es que sabían que si salvaban el trabajo, salvaban su futuro. Las cosa materiales podían volver a comprarse.
Esa misma filosofía de no desentenderse de los problemas comunitarios, esos principios de solidaridad, tejieron vínculos de progreso. Esos son valores que recibimos los emilianos o pañeros como se los llamaba a los obreros de esa Fábrica de Paños que fue orgullo de todos los argentinos.
Se fundó cuando apenas había no más de 3 establecimientos textiles en todo el país. Y su legado industrial recorrió el mundo y con ello el orgullo de sus trabajadores y el respaldo de todo un pueblo.
La desprotección estatal, el desinterés por la cultura de la producción fueron entre otros, los motivos que condujeron a su quiebra. Y los emilianos quedamos huérfanos y fuimos descubriendo de a poco, que es ayuda, esa vieja ayuda, ya no llegaría más.
La familia Córdova nos dejó un legado. El del trabajo, el de la responsabilidad y como dice el himno de La Emilia, un peublo creció en su lugar.
La gente de la localidad siguió trabajando, creando instituciones, asumiendo responsabilidades que las circunstancias le impusieron.
Ni las crecientes, ni la pobreza, ni la desazón pudieron vencer el espíritu progresista de este pueblo, declarado Ciudad. Con sus éxitos y fracasos, con sus pro y contras, La Emilia continúa existiendo.
Y hoy cumple 116 años. Quiera Dios que ese espíritu de trabajo y abnegación que se puso en marcha aquí, a 14 km de San Nicolás , no cese y que las nuevas generaciones de "pañeros" o emilianos, recojan este fruto para continuar con la tarea. De esa manera concretaríamos el mejor homenaje a nuestro pasado y a nuestra historia que sin lugar a dudas es una de las más bellas y ricas de toda la región.
Muchísimas gracias.
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